jeudi 25 octobre 2007

Relaciones humanas...

Relaciones humanas

En los últimos meses han sucedido muchas historias diferentes y muchas novedades que siempre me llevan a pensar que sólo ocurre tanta actividad en tu vida cuando vives fuera de casa o de tu país. Pero en el fondo, creo que no es más que un mito, porque aún viviendo en casa te pueden suceder situaciones parecidas, aunque lo que sí que es cierto es que viviendo fuera te suceden más a menudo y les das a veces más importancia.

En este resumen entran historias de todo tipo, sentimentales, afectivas, de amistad, de trabajo, de trabajo voluntario... Como siempre, intento verle la parte positiva a todas estas experiencias, pero el resultado es que algunas de ellas me han chupado demasiada energía y me han desgastado.

No sé cómo podríamos hacer para crear chalecos “anti- amig@s sanguijuelas “, “anti- compañer@s / jef@s de trabajo envidiosos / insoportables”, “anti- relaciones sentimentales pasadas y presentes”, “anti- familia dañina”, “anti- nostalgia”... Con estos “chalecos psíquicos” la vida sería mucho más fácil y nos ahorraríamos muchos “mosqueos”, mucho tiempo perdido y mucha energía malgastada. Estaría bien poder comprar en la farmacia o en la droguería unos parches que te curasen de esas sensaciones desagradables en el cuerpo generadas como efecto de esas situaciones. Y que crean un sentimiento amargo en el que a veces crees perder la fe por el ser humano y por las relaciones humanas.

Me da rabia pensar que tras una etapa en la que te encuentras con varias decepciones seguidas tengas que cambiar tu personalidad para inmunizarte ante tantas energías negativas sueltas.

Por suerte sé que la misma capacidad de destrucción la tengo de recuperación y regeneración. Y además termino pensando en los chalecos y parches que no les pondría a otras personas o situaciones que sé que siempre van a estar presentes. Aunque espero haber aprendido al menos una pequeña lección.

Y siempre me quedará Mafalda diciendo algo así como que “no entiendo a estos humanos”... “con razón los chinos quieren cambiar el mundo”.

Y próximo post se lo dedicaré a las relaciones con los hombres, por poner algunas reflexiones tras una serie de charlas entre amig@s, sin querer copiar a Carrie en “Sex and the City”. Aunque después de casi más de un año de olvidarme de la serie he recuperado “algunos” de mis Dvds (por favor quien tenga los dos que me faltan que me los devuelva!!) ha vuelto a mi vida y tengo un post pendiente.

lundi 15 octobre 2007

Despertar en otro mundo...

Me gustaría despertarme un día en un mundo en el que mis amigos y amigas, con una formación&conocimientos&experiencia profesional similar, ganasen los mismos sueldos.

Me gustaría despertar trabajando en una empresa, pública/privada/semi p, en la que la inercia “cultural” no hiciese distinción de géneros en los perfiles profesionales, y por tanto, no hubiese sesgos profesionales.

Me gustaría trabajar en una empresa en la que a mis amigas les pagasen los gastos de tintorería en los viajes de trabajo, al igual que les sucede a sus colegas masculinos, y que por tanto esto no fuese un tema de crispación, y ni si quiera se cuestionaran el porqué ellas no tienen el mismo derecho a lavar la ropa en el hotel que ellos.

Me gustaría despertarme en una conversación de trabajo en la que los temas de conversación no fuesen machistas, ni que el popular discurso de la batalla de los sexos fuese el tema recurrente a cualquier comentario proveniente del género femenino.

A veces se acusa al feminismo de exigir cosas que no pueden estar al alcance de tod@s y que parecen impensables.

El otro día charlaba con alguien que trabaja en temas de género y llegaba a conclusiones-en mi opinión- muy sencillas, argumentando que el principal problema que existe para que estas barreras no se eliminen es la “concienciación social” y que la sociedad parece que no está dispuesta a cambiar esos patrones “culturales”.

mardi 2 octobre 2007

Pongamos que hablo de Madrid

Pongamos que hablo de Madrid...

Post pendiente de Septiembre dedicado a Madrid…

Una maleta, un vuelo, un avión, un taxi, un hotel, un coche de alquiler, un taxista, una azafata, un sobrecargo guapo, una sala VIP, un restaurante de postín, una nueva ciudad…
Durante más de dos años esta sucesión de escenas de “plano corto”, sucedían en mi vida casi a diario.
Por momentos se me había olvidado ya lo que era volar sólo por el placer de volver a casa, de conocer sitios nuevos, de volar sin que el motivo fuese únicamente trabajo.
Aunque en algunos momentos fue mi calvario, sin embargo, también aprendí muchas cosas.
Me encanta la sensación de volar, de volar sola, se produce en el cuerpo una “sensación infinita” en la que el tiempo se para y desconectas de lo que está abajo y de lo que está más arriba, de lo que está por llegar…

La cabina del avión produce en mi piel los efectos epidérmicos y mis mejillas se sonrosan de nuevo, falta de hidratación producida en cabina- que dicen siempre en algún artículo de la revista de Iberia Plus-pequeña reacción alérgica-que digo yo (porque en el fondo me gusta tener los pies en la tierra).
Siempre ocurren anécdotas, o por lo menos a mi me suceden una tras otra en los viajes y en los vuelos.

Aparece la azafata a la que creo reconozco como alguien con la que compartí algún momento feliz de mi pasado. Se lo comento y al final terminamos por acordarnos de aquel momento. Ella insiste en invitarme a un aperitivo antes de llegar a Madrid, pero estamos a punto de llegar, de haberlo sabido ante este reencuentro, me habría animado con un cocktail pre-regreso a Madrid, como bienvenida y para hacer más cálida la llegada.

Madrid, esa ciudad que nunca hubiese querido dejar atrás (“esa ciudad de la nunca quise escapar”) pero a la que tuve que abandonar.

Madrid, ciudad de contrastes, a veces desapacible a veces acogedora, a veces inhóspita y dura donde las haya, ciudad canalla (que diría Sabina), ciudad para vivirla y pasearla y bebértela a sorbos para que no te haga daño…una droga sin antídoto posible.

En 5 días regresaré y volveré a echarla de menos, pero disfrutaré mientras tanto y a la vuelta me esperará Bruselas(a la que de momento no pienso abandonar) y me esperarán mis nuev@s amig@s, nuevos sueños, nuevas ilusiones, nuev@s compañer@s, nuev@s vecin@s, mi “nuevo” barrio, mis nuevos “rollitos”… y poco a poco esperando que las nuevas ilusiones se vayan cumpliendo.